lunes, 29 de junio de 2020

Músicos y psicopatología

La mesa del músico (1926), Juan Gris

Si hay un vínculo entre la composición musical y la psicopatología es a través de la ciclotimia y el trastorno bipolar. Sin embargo, no todas las personas con trastorno bipolar son creativas, y tampoco todos los poetas o músicos son ciclotímicos. Lo más importante a tener en cuenta es que no hay biografías claras de músicos con diagnóstico de esquizofrenia. Los estudios biográficos de los poetas revelen la misma imagen: una sobrerrepresentación de los trastornos bipolares / ciclotímicos y poca evidencia de esquizofrenia. Es posible que la interrupción de la comunicación ocasionada por la progresión de los síntomas esquizofrénicos sea incompatible con creatividad, al menos para poesía y música. 
Desde una perspectiva neurobiológica, la asociación entre la música y la alteración del estado de ánimo estaría en consonancia con una posible participación del hemisferio derecho, ya que los pacientes con ciclotimia o trastornos bipolares tienen más probabilidades de revelar cambios o patologías del hemisferio no dominante. Los datos sugieren que el hemisferio no dominante desempeña un papel activo en la experiencia de la música (y la poesía), de la misma manera que el hemisferio dominante modula el lenguaje proposicional. La sobrerrepresentación de poetas y músicos con trastornos del estado de ánimo, y el vínculo de los trastornos del estado de ánimo con el hemisferio no dominante revelan su importancia en la creatividad humana.
Estas son las conclusiones del estudio Music and madness: neuropsychiatric aspects of music (Música y locura: aspectos neuropsiquiátricos de la música). Partiendo de la música como sedante del alma se tratan de explicar los componentes cerebrales que influyen en la creatividad musical [v. música y cerebro]. Y se establece la importancia del hemisferio derecho (no dominante). Está aceptado el vínculo entre música y emoción, como ya consideró Platón en su momento, advirtiendo que los diferentes modos de la música despiertan distintas emociones. Es sabido que los acordes mayores son alegres y los menores tristes. También el tempo o movimiento es determinante: los ritmos rápidos son más alegres que los lentos; en el baile nos movemos según el tempo de la música. Además de emociones, la música provoca respuestas fisiológicas asociadas.

Respecto a la psicopatología de los músicos, diferentes trabajos han señalado la alta prevalencia de enfermedades mentales, en particular trastornos del estado de ánimo, entre personas creativas famosas (escritores, poetas, pintores, compositores, etc.). Se han revisado biografías de músicos famosos en un intento de sugerir un diagnóstico psiquiátrico, admitiéndose limitaciones y sesgos en algunos casos. Sin embargo, varios autores parecen estar de acuerdo con la psicopatología de muchos músicos, clásicos y no clásicos. En músicos clásicos son frecuentes los trastornos del ánimo, poniéndose a Robert Schumann como ejemplo paradigmático. En Gustav Mahler ["genio misántropo"], otro compositor bien estudiado, se observa una personalidad neurótica obsesiva y rasgo bipolar o, al menos, un trastorno ciclotímico. Sobre las enfermedades psicóticas (psicosis afectivas, esquizofrenia), hay discrepancia en los estudios, pero probablemente muchos hayan sufrido psicosis orgánica debido a las altas tasas de abuso de alcohol y trastornos como la sífilis.  Y en músicos de jazz y de rock hay una clara relación con el consumo de drogas de abuso; su efecto pernicioso sobre la salud explica sus efectos psicóticos. también la frecuencia del suicidio. Por otro lado, se ha implicado a la "música rock suicida" como causa de suicidio o ideación suicida en sus consumidores, del mismo modo que el llamado "efecto Werther", que siguió a la publicación de la novela de Goethe.


En cualquier caso, no nos parece admisible la idea romántica de relacionar la locura en sentido estricto con la creatividad, musical o de otro tipo, puesto que el "loco" está desvinculado de la realidad; imposibilidado de dar respuestas en la vida cotidiana, lo ha de estar igual para dar una respuesta creativa coherente.  

Robert Schumann: Sinfonía nº 2 - II: Scherzo

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