Hay palabras que suben como el humo, y otras que caen como la lluvia.
LLUVIA EN LOS CRISTALES
Muriendo lluvia en los cristales,
repiquetean sin cesar
gotas del cielo…
Hieren lo mismo que puñales
de saudades o, al enfriar,
flechas de hielo.
Una familia muy unida
bajo arcoíris adivino
con gran asombro…
En relación establecida,
cada uno arrima (¡triste sino!)
conforme el hombro.
Y se transforma el claro día,
ostentando violenta noche
su faz siniestra…
Oscuro velo hace sombría
esta visión desde mi coche
a mano diestra.
Los hijos, por emanciparse,
luchan en nubes de tormenta
hasta vencer...
Los mismos que verán marcharse
a los suyos, sin darse cuenta
que huyó el ayer.
Cesa la lluvia en los cristales,
deja de tamborilear
sobre la chapa...
Y añoro aquellos musicales
ritmos que hacían delirar.
¡Todo se escapa!
[1995, abr.]
Invierno (de Las estaciones): II – Vivaldi
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