sábado, 20 de abril de 2024

Princesa de Éboli

Princesa de Éboli (s. XVI), Alonso Sánchez Coello?


PRINCESA DE ÉBOLI

Tan bonita, tan bonita
como fue la princesita…

Ana Hurtado de Mendoza,
inquieta desde pequeña,
manejaba bien la espada
y no frenaba la lengua.

Perdió su ojo derecho
por la punta de un florete.
(Se ha dicho, como se han dicho
otras causas referentes.)

Y tuerta la inquieta Anita
seguía siendo bonita.

Ya nacida en alta cuna,
de la española nobleza,
su futuro habría de estar
entre las altas esferas.

El rey Felipe II
con un príncipe la casa,
Ruy Gómez de Silva,
que era amigo de la infancia.

Casada aún era bonita
esa tuerta princesita…

Junto a su príncipe de Éboli
tuvo diez hijos, y, tras
la muerte de su marido,
amores hubo quizás.

Del secretario real
e incluso del propio rey
se relatan amoríos
con buena o con mala fe.

Viuda la princesita
seguía siendo bonita…

Con Teresa de Jesús
discutió sobre conventos;
y entre ellas, Ruy puso paz,
mientras estaba viviendo.

Muerto él (¡pobre santa!), quiso
ser monja, sin vocación.
Y, por siempre, el rey –quién sabe
por qué– a la bella encerró.

Y triste, la princesita
murió sola… ¡Era bonita!

[2023, 1 feb.]

La princesa de Éboli, Paco Moreno
***
Princesa de Éboli, bella, altiva, voluble, ambiciosa e intrigante.

Ana Hurtado de Mendoza de la Cerda y de Silva y Álvarez de Toledo (1540-1592), más conocida como la princesa de Éboli, fue una noble española, única hija de Diego Hurtado de Mendoza, virrey de Perú, y de Catalina de Silva, hermana del conde de Cifuentes. Su título le vino a esta mujer, de gran belleza a pesar de su condición de tuerta (se cree que perdió su ojo derecho por la punta de un florete manejado por un paje durante su infancia), por su matrimonio con Ruy Gómez de Silva, noble portugués, príncipe de Éboli y valido del rey Felipe II de España. Matrimonio concertado por el propio rey. Junto con su marido construyó un convento de la orden religiosa de las carmelitas descalzas (fundada por Teresa de Jesús, Santa Teresa a la postre), en Pastrana, Guadalajara, y tuvo un conflicto con Teresa de Jesús al empeñarse en la dirección de las obras. Ruy Gómez hubo de poner paz entre ellas. Pero a la muerte de éste, repentinamente, decidió retirarse a ese convento que había construido, hasta que, a los a los seis meses, fue obligada por el rey a renunciar a los hábitos y hacerse cargo de la tutoría de sus hijos (Ana y Ruy tuvieron diez). De regreso a la Corte comenzó una etapa de su vida de intrigas y escándalos, fruto de su personalidad ambiciosa y voluble. Además de calumniar a Teresa de Jesús, mantuvo supuestas relaciones amorosas con el monarca, con Juan de Escobedo, secretario de Juan de Austria, y con Antonio Pérez, secretario real y cabeza visible de la facción ebolista desde la muerte del príncipe. Parece probable que la princesa de Éboli y Antonio Pérez mantuvieran negociaciones secretas con los rebeldes flamencos y portugueses, hecho del que habría tenido conocimiento Juan de Escobedo; para evitar que Escobedo revelase el secreto se le acusó de una grave conspiración política pretendidamente urdida con Juan de Austria. Y Escobedo fue asesinado por orden de Antonio Pérez, seguramente con el consentimiento real. La princesa de Éboli aprovechó la influencia de Pérez y su conocimiento de los secretos de Estado para satisfacer sus ambiciones políticas y sus necesidades económicas. Vendió información política reservada y a la muerte del rey Sebastián de Portugal apoyó la candidatura de la duquesa de Braganza al trono portugués, oponiéndose así a las pretensiones dinásticas de Felipe II. Al tener conocimiento de estas intrigas y al percatarse de que había sido engañado en el asunto de Escobedo, el monarca ordenó el encarcelamiento de la princesa de Éboli y de Antonio Pérez. La princesa fue encerrada en la Torre de Pinto (Madrid) y luego en la fortaleza de Santorcaz (en las cercanías de Pastrana). Finalmente, el rey le permitió retirarse a su villa de Pastrana, donde permaneció confinada hasta su muerte. Ana fue enterrada, junto a Ruy, en la Colegiata de Pastrana.
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Princesa de Éboli –aache.com
Princesa Ana de Éboli –Mujeres en el patrimonio mundial de España
La princesa tuerta –revista con la a

Fuente: El Mundo

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