Gallaecia, en tiempo de Diocleciano |
I
Ha pasado por mi cabeza
la idea de un poema épico
a la manera de un Ariosto
o de un Ercilla o de un Camões,
pero no en octavas reales,
en versificación más libre,
moderna, narrando las glorias
de los galaicos inmortales.
Sí, una epopeya galaica
diferente de Os Eoas
de Pondal, del descubrimiento
de América por un Colón gallego.
Un amplio canto de sabor local
y universal espíritu. Un poético
deseo sin suprema aspiración,
fascinado por un pasado incierto.
Si ese anhelo es labor inalcanzable
no quiero que otro intento quede en sueño.
II
Los comienzos oscuros en la visión lejana
que ve huellas difusas…; monumentos de piedra
y grabados rupestres de una rica prehistoria;
los pueblos prerromanos (gallaeci, acaso celtas),
la cultura castreña, Breogán el caudillo;
un final frente a Roma y lugares de niebla,
como el Monte Medulio; tiempos de Diocleciano,
de romanización en la extrema Gallaecia,
en la nueva provincia; fundación de ciudades,
primeramente, Lucus, de muralla soberbia;
en esta Edad Antigua, al avance de Cronos
siendo el cristiano Máximo emperador que ordena,
se eleva un personaje: Prisciliano, heresiarca
galaico-romano que la historia recuerda.
III
En un tiempo diferente, tras la caída de Roma,
llegan a Galicia suevos y más tarde visigodos;
iniciada la Edad Media, son esos pueblos germánicos
los que vienen y se imponen en este largo periodo.
Relumbran personajes (Maeloc, Witiza, Odoario,
Rosendo…) y se producen desembarcos de vikingos.
Reyes pasan, se suceden, y reina Alfonso II
cuando una estrella revela el sepulcro del apóstol
Santiago, en Compostela, gloriosa en notable esquina
donde la tierra se acaba, en un ocaso grandioso.
Nombramos al rey García, citamos a la reina Urraca
o al arzobispo Gelmírez. Y a unos líricos colosos
celebramos, poetas-músicos, trovadores de cantigas
(de escarnio, de amor, de amigo), Martín Codax entre otros.
IV
Carabela La Pinta arriba
a Bayona –Erizana antigua–
de vuelta de América recién descubierta.
Es la Edad Moderna y el Renacimiento.
Los Reyes Católicos dominan Galicia.
Atrás quedan las guerras irmandiñas
con Roi Xordo al frente, y Pardo de Cela,
y Pedro Madruga (la antigua nobleza).
Destrucción y muerte son protagonistas
en campos y mares, igual que otras veces.
Entre guerra y paz, florecen las artes,
triunfan las letras, progresan las ciencias.
Ingleses atacan la costa galaica,
gallegos defienden y acaban venciendo;
huyen Drake y Norris… ¡Viva María Pita!,
la gran heroína.
V
Nuevos aires la Edad Contemporánea
trae, de libertad y de progreso,
que alegran los semblantes e iluminan
las sombras. Y a surcar los mares parten
desde ella expediciones importantes
en aras de la ciencia y la salud:
la científica a América de Humboldt
y aquella filantrópica de Balmis
de la vacuna contra la viruela.
Pero la ocupación francesa enturbia
esos logros por sangre de batallas,
las de Elviña, Pontesampaio y Vigo, (*)
que ensombrecen la historia, aun victoriosos
los hispanos sobre Napoleón.
Y los Mártires de Carral, las víctimas
propias de un liberal pronunciamiento,
también son parte de la negra crónica.
El gran Rexurdimento de las letras
nos deja otro sabor, con Rosalía,
Pondal y Curros. ¡Triunfo de la pluma!
VI
Políticos proyectos y galleguismo en ciernes
contrastan con la emigración masiva
del siglo XX. La tristeza hunde las miradas.
Y el Himno de Galicia nace identitario,
en busca de la unión y el entusiasmo,
erguido como un pino que confía en sus raíces.
La Generación Nós despierta las conciencias
de galaicos; vemos a Risco, Castelao, Pedrayo...
Quo vadis, Gallaecia, o efímera Suevia?
Guerra Civil estalla, se extiende por Hispania,
llena de horrores, de odio y de venganza;
después, miseria de postguerra... (¡Repartid errores!,
más allá de idearios, de si buenos y malos,
de si locos y cuerdos. ¡Pensad, mujeres y hombres!)
—De mitos, clero, reino, meigas… vuelvo al frente
la mirada y callo. En granítico noroeste, mi Galicia
vive en paz. Ahora toca preservarla,
en el siglo XXI y por los siglos de los siglos.
[2024, 12 feb.]
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(*) Son tres batallas de la Guerra de la Independencia (1808-1814) acaecidas en 1809 en Galicia, cuando los franceses eran enemigos invasores. Pocos años antes, cuando estos eran aliados y los ingleses enemigos, sucedió la batalla de Brión (o de Doniños, costa de Ferrol), en 1800, como parte de la guerra anglo-española (1796-1802). En todas estas batallas, los locales galaicos-hispanos resultaron vencedores.
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Alborada de noite e de luz, Juan Durán
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