lunes, 13 de enero de 2025

Romance de los comuneros

Batalla de Villalar (1877), Manuel Picolo López
[Rendición de los líderes comuneros]


ROMANCE DE LOS COMUNEROS

Por libertad o intereses
luchaban los comuneros
contra el nuevo soberano
llegado del extranjero
para reinar en España
como rey Carlos Primero.
Y éste no iba a permitir
que lo echasen de su reino.
Vencidos en Villalar,
en batalla en campo abierto,
se ejecutó a los tres líderes
del feroz levantamiento:
dos Juanes, Padilla y Bravo,
y Maldonado, el tercero.
(Un cuadro pintó Gisbert
que nos deja boquiabiertos.)
Y la mujer de Padilla,
de nombre María Pacheco
–la «Leona de Castilla»–,
tomó enseguida el relevo
en nombre de su marido,
que en vano no había muerto.
Y, pues, los sueños terminan,
pronto terminó su sueño.

[2024, 17 jun.]
____
La Guerra de las Comunidades de Castilla (1520-1522) fue el levantamiento armado de los llamados comuneros, acaecido Castilla a comienzos del reinado de Carlos I. El escenario, ciudades del interior de la meseta Central: Segovia, Toledo y Valladolid. El movimiento comunero, opuesto a los realistas, se inicia en 1917 con la llegada a España del rey Carlos I, y estaba liderado por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Derrotados los comuneros en la batalla de Villalar (1521), sus tres cabecillas fueron ejecutados. María Pacheco, la viuda de Padilla, enarboló la bandera de su marido, hasta ser igualmente derrotada; fue condenada a muerte, pero consiguió huir y se exilió en Portugal, donde falleció en 1531.

Revuelta de los Comuneros de Castilla

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Sobre los comuneros
La situación en Castilla se había hecho cada vez más inestable tras la llegada al trono de Carlos I en 1518. Llegó rodeado de consejeros forasteros y exigiendo nuevas cargas fiscales que exacerbaron el conflicto sobre todo entre grupos sociales que debían hacer frente a la subida de los impuestos y que se veían desplazados de los cargos importantes en la Corte. La elección de Carlos como emperador provocó la exigencia de un nuevo servicio a las ciudades que se aprobó en las Cortes de la Coruña en marzo de 1520, lo cual avivó el conflicto que se saldó en Segovia con el asesinato de Rodrigo de Tordesillas, procurador que había aceptado las nuevas cargas fiscales.
En 1518, hace más de 500 años, tuvo lugar el juramento de Carlos I como rey de Castilla y León en las Cortes que se celebraron en el Colegio de San Gregorio de Valladolid. Una vez que finalizó la ceremonia, los procuradores dirigieron al monarca 88 peticiones, entre ellas su rechazo a contribuir económicamente al plan del rey de ser nombrado emperador del Sacro Imperio Germánico -como Carlos V-, así como su negativa a que la Corona extrajera metales preciosos y utilizara fondos dinerarios o caballos en proyectos reales fuera de Castilla y León.
Ejecución de los comuneros (1860), Antonio Gisbert Pérez

Tenía sus orígenes en la nobleza castellana; hija de Íñigo López de Mendoza y Quiñones, I marqués de Mondéjar y II conde de Tendilla, y de Francisca Pacheco, hija a su vez de Juan Pacheco, I marqués de Villena. Curiosamente se la ha conocido por el apellido de su madre, Pacheco, en lugar de por el de su padre. Apodada por el pueblo castellano como la “leona de Castilla”, se erigió en la principal dirigente del bando comunero, atrincherándose en la ciudad de Toledo, última en caer en manos realistas, durante seis meses. Murió en Oporto.

Epitafio de María Pacheco (La leona de Castilla, El último comunero)
El poeta y diplomático Diego Hurtado de Mendoza, escribió el epitafio de su hermana, que falleció en Oporto, sin obtener el perdón de Carlos I, a pesar de la intercesión de este hermano, que era embajador del rey, y de otro hermano, Luis, que también desempeñaba cargos políticos.
Si preguntas mi nombre, fue María; 
si mi tierra, Granada; mi apellido, 
de Pacheco y Mendoza, conocido 
el uno y el otro más el claro día; 
si mi vida, seguir a mi marido; 
mi muerte, en la opinión que él sostenía. 
España te dirá mi cualidad,
que nunca niega España la verdad.

María Pacheco en Toledo

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