Traemos al blog la novela 2028 de Pablo López Gómez, autor de relatos, ensayos y novelas, además de responsable del blog «La garita del Guachimán», y a quien ya nos referimos en este blog comentando su novela La república mejor. Una novela con un título numérico, de un año concreto, que nos recuerda la famosa novela de George Orwell, con la cual tiene relación al coincidir con su ficción distópica.
A continuación reproduzco su sinopsis.
Año 2028. En España se ha impuesto la Tercera República, la República Federal Hispánica, según su denominación oficial. En medio de fuertes tensiones y de una grave crisis económica y política, el país ha abordado el proceso para transformarse en un Estado plurinacional. Un detective no muy remilgado nos cuenta los casos que investiga -desde robos de motos hasta asesinatos-, en el marco de una España ruinosa, caótica y conflictiva.
Y seguidamente, mi impresión después de leerla.
La novela mantiene un ritmo que engancha desde el principio, con un tono sórdido, episodios esperpénticos –algunos casi kafkianos– y pinceladas humorísticas que distienden al lector en los pasajes más agobiantes. En su línea argumental se muestra una realidad social de decadencia y de violencia, vista por un detective que investiga casos criminales, en paralelo con una deriva autoritaria del Estado. Sus páginas están impregnadas de drama social: paro, precariedad laboral, pobreza, miseria e inseguridad –con la policía desbordada–; y de política indeseable, que promueve la confrontación, que hace cesiones territoriales –por estrategia clientelar que anuncia la fragmentación estatal–, que usa la mentira como arma, que deja que la corrupción se expanda. La novela, reflejo de la actualidad, aborda la problemática delictiva: okupación, tráfico de mujeres (antigua trata de blancas) o explotación sexual, atracos, violaciones, asesinatos… violencia en general, sin que falte el robo no violento y la picaresca. Se señala el declive educativo y cultural: el disparate de la legislación educativa, la politización de la universidad (tomada por la ‘progresía’), la negación de la historia, el wokismo o la locura colectiva... Y, sobre todo, enfoca la creciente problemática política: independentismo, separatismo, supremacismo, fanatismo –con delirio ideológico y odio interregional–... hacia un totalitarismo o dictadura de facto: la distópica República destructiva. Pero, por supuesto, no diremos aquí cuál es su desenlace.
En fin, me parece una estupenda obra narrativa, y muy entretenida. Una gloriosa novela distópica, policíaca y política. ¡No dejen de leerla!
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Y como la novela tiene un sabor madrileño, además de un simpático episodio zarzuelístico en su final, para acompañarla musicalmente nada mejor que el espléndido preludio de La Gran Vía, zarzuela de Federico Chueca.
No creo que haya un preludio de zarzuela más brillante que el de «La Gran Vía» de Federico Chueca. Toda la gracia, toda la chispa madrileña está en ella, con un toque nostálgico delicioso.
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