Tchaikovsky describió la música de Mozart como una encarnación de la belleza divina en una forma humana que inspiraba amor, y a Mozart como un ‘‘Cristo musical’’. Esta adoración por Mozart tuvo su origen en su infancia, a los cinco años, cuando escuchó extractos de Don Giovanni* en el orquestrión que su padre había traído de San Petersburgo, especialmente el aria de Zerlina ‘‘Vedrai, carino’’. El pequeño Piotr quedó tan fascinado por esta melodía, que su madre le enseñó a tocar en el piano. Y su pasión por Mozart duró toda su vida, como escribió su hermano Modest en la biografía del compositor.
*Tchaikovsky admiraba muchas composiciones de Mozart, pero sobre todo Don Giovanni, que consideraba como la más grande de todas las óperas. Y por su creatividad espontánea, Mozart era para Tchaikovsky el músico y artista ideal.
Don Giovanni: ‘‘Vedrai, carino’’
Por su amor a Mozart, Tchaikovsky escribió la Suite n.º 4 ‘‘Mozartiana’’.
1. Gigue, 2. Menuet, 3. Preghiera, 4. Tema con variazioni
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