Ahora predomina el enfado; el hombre occidental ya no sabe reír. Necesita aprender a distenderse. Y para conseguirlo, qué importante es la respiración, lenta y profunda, por la nariz. Tener conciencia de la respiración es fundamental para lograr la adecuada relajación del cuerpo y del espíritu. Los objetivos a alcanzar son deseables: paz, salud mental, salud física, relación óptima con los seres queridos y con la naturaleza… Destensar la musculatura y liberar la mente, relajarse plenamente, no es fácil; requiere entrenamiento. Pero merecerá la pena esforzarse para alcanzar sus beneficios.
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