fuente: diariovasco |
En 2009 hice algunas consideraciones respecto a los que me parecían puntos clave de la Atención Primaria de Salud. Retomo ahora una problemática que, desde mi óptica, se ha acrecentado por la asunción de más funciones (incluyendo las consecuentes de la relación telemática con el nivel hospitalario) sin mejoras significativas en las condiciones de trabajo, excepto la mecanización de las recetas y poco más. Y trato de concretarla en los puntos que en la actualidad me parecen más significativos y que a continuación enumero, sin especial orden de importancia.
- Agendas rígidas, con cadencia fija de 6-7 minutos, sin tener en cuenta al individuo ("no hay enfermedades, sino enfermos") y la necesaria comunicación.
- Contradicciones entre el fomento de la prevención y la petición de disminuir el gasto, propuestas ambas emanadas desde las gerencias.
- Compartimentación o fragmentación asistencial, con los inconvenientes de no ver al paciente como un todo: duplicidad de pruebas, repetición de fármacos, descoordinación... reiteración.
- No relación de igualdad entre médicos de diferentes niveles, teniéndose a menudo la Atención Primaria en condición de servidumbre de Especializada.
- Telemedicina no siempre bien entendida, por la misma argumentación del punto anterior.
- Consulta médica telefónica improvisada, que debiera haberse explicado bien a la población para delimitar su utilidad.
Por lo demás, me remito al primer
enlace (puntos clave). Después de todo, sigo teniendo la misma percepción que
se resume en una consulta médica como carrera de obstáculos, en la que, por imposición, hay que ir atrapando el tiempo. Una consulta apresurada,
irracional, disparatada… inhumana.
Porque a diario, el médico de familia (MF) ha de procurar una asistencia de calidad en un mínimo tiempo, siguiendo protocolos impuestos desde el segundo nivel, asumiendo nuevas funciones (Espirometría, Teledermatología, Retinografía, etc.) que precisan tiempo extra, sin haberlo, y sin dejar de atender urgencias o imprevistos.
Porque a diario, el médico de familia (MF) ha de procurar una asistencia de calidad en un mínimo tiempo, siguiendo protocolos impuestos desde el segundo nivel, asumiendo nuevas funciones (Espirometría, Teledermatología, Retinografía, etc.) que precisan tiempo extra, sin haberlo, y sin dejar de atender urgencias o imprevistos.
Pero además el MF se tiene que preocupar de reordenar la prescripción especializada o incluso "activarla" (prescripción inducida o delegada), aclarar visados de medicamentos con el farmacéutico correspondiente, estar pendiente de incapacidades temporales originadas a nivel hospitalario (público y privado), etc.
Toda una carga burocrática que roba el tiempo necesario para una adecuada actividad clínica y que, a la larga, supone un desgaste mental fácil de imaginar. Se precisan unas mínimas condiciones para el ejercicio médico en AP; las actuales son indignas y las que se proponen no parece que persigan mejoras reales.
Es por ello que en las condiciones de trabajo actuales (y a pesar de la informatización de las consultas), con progresivo aumento de exigencias y disminución continua de derechos, por mucha ilusión que se tenga, no es difícil pasar de la satisfacción al desgaste profesional.
La consulta media en el primer nivel asistencial es más propia de máquinas que de humanos, cuando interesa que el hombre se imponga a la máquina, en beneficio de los pacientes; en muchas ocasiones #admirablespacientes.
I Get a Kick Out of You
Clifford Brown (tp), Max Roach & others
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