Traemos unas cuantas frases extraídas de las Confesiones, una de las obras fundamentales, junto a La ciudad de Dios, de San Agustín (Agustín de Hipona, 354-430), el mayor pensador cristiano del primer milenio y uno de los más grandes pensadores de todos los tiempos. No tienen desperdicio.
- Hasta la misma ignorancia y la estupidez se cubren con el nombre de sencillez e inocencia.
- Para aprender tiene mayor eficacia la natural curiosidad que no una temerosa coacción.
- Nadie que obra contra su voluntad tiene mérito, aunque sea bueno lo que hace.
- Es difícil reírse solo.
- No en vano corre el tiempo ni pasa inútilmente sobre nosotros, al contrario, deja en el el alma efectos a veces maravillosos.
- Para un paladar enfermo hasta el mismo pan es desagradable, y en cambio es bueno para el que está sano.
- Después de leer los libros platónicos, advertí que lo invisible existe y se hace inteligible al contemplar las cosas corpóreas.
- Ni en la comida ni en la bebida hay placer si no precede la molestia del hambre y de la sed.
- No hay alegría verdaderamente grande sin el preludio de algún grave sufrimiento.
- ¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé.
- Los hombres dicen amar la verdad, pero quieren a toda costa que sea verdad aquello que les interesa.
Traducciones al castellano de esta gran obra pueden leerse AQUÍ y AQUÍ (PDF). Y otras frases extraídas del mismo libro pueden consultarse AQUÍ.
Confesiones de San Agustín
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