miércoles, 15 de abril de 2020

COVID-19: Crónica algo esperanzada

by @mlalanda

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Refrán


1. DECLARACIÓN DEL ESTADO DE ALARMA Y TASA DE MORTALIDAD

Ya va más de un mes desde la declaración del estado de alarma (Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo)* ocasionado por la enfermedad COVID-19. Debido al particular diseño del sistema sanitario hispano, fragmentado en diecisiete servicios de salud (correspondientes a cada comunidad autónoma), se habían establecido al menos otros tantos protocolos de actuación, teniendo al Ministerio de Sanidad como teórico coordinador. Algunos han señalado esta fragmentación como problema para la contención de la epidemia. Pero con este real decreto, el gobierno tomó la decisión de asumir todas las competencias** y dictó medidas drásticas, entre ellas el confinamiento de los ciudadanos. A pesar de lo cual, los reproches entre comunidades autónomas y gobierno han sido continuos (especialmente entre éste y Comunidad de Madrid), sin que sepamos aún con seguridad quién lleva el mando. Y a parte de las críticas sobre el retraso en la toma de medidas, con autorización previa de manifestaciones y actos multitudinarios diversos, o de que se hable de chapuza e improvisación, el número de muertos en España nos pone, tristemente, a la cabeza por tasa de mortalidad específica, en medio de la polémica de los distintos sistemas de contabilización entre países.

*El 14 de marzo había en España 5.753 casos notificados y 136 fallecidos.
**La Sanidad Exterior es competencia exclusiva del Estado. Y la pregunta pertinente es: ¿Una pandemia concierne a Sanidad Exterior, y por tanto al Estado?

2. AFLORAMIENTO DE CARENCIAS E IRREGULARIDADES

En este periodo de crisis por pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, han salido a relucir todas las carencias e irregularidades sanitarias y sociosanitarias, ya conocidas y notificadas, pero no escuchadas. Siempre se ha hecho caso omiso a las notificaciones de anomalías. Las reivindicaciones de los profesionales de atención primaria han sido continuas en los últimos años, demandando tiempo y medios. Sin éxito. Y ahora, en circunstancias más adversas, se cuestiona la solidez de nuestro sistema sanitario, tan cacareado como uno de los mejores del mundo, sino el mejor. ¿Y qué decir de las residencias de ancianos, que acusan una altísima mortalidad? Pues que se revelan carencias estructurales y se comprueba que muchas residencias no cumplían la normativa, al menos ateniéndonos a los profesionales con que deben contar. [Hasta 40 plazas asistidas: Médico o DUE localizable 24 horas / día; 40 o más plazas asistidas: Médico localizable 24 horas / día y DUE presente 24 horas / día]*. Y ahora, siendo tarde, algunos se rasgan las vestiduras.

*Según normativa de Galicia; la regulación del personal es diferente en cada CA.

3. RESPUESTA SOCIAL: CONFINAMIENTO, APLAUSOS Y RECHAZOS

La sociedad experimentó un pánico inicial y un temor al desabastecimiento, pero en general la gente ha respondido al confinamiento y a las demás medidas de seguridad. Por otra parte, ha manifestado su agradecimiento a los sanitarios (ahora considerados héroes) en forma de aplausos diarios. Sin embargo, se constatan al mismo tiempo algunos actos de rechazo por temor a ser contagiados por esas mismas personas a las que consideran sus salvadores, que arriesgan su vida para defender la de sus conciudadanos (advertimos aquí la expresión contradictoria de un solidario egoísmo). Y en verdad la arriesgan; no por el hecho de desempeñar una actividad que de por sí entraña cierto riesgo, sino por la falta de medios necesarios para afrontar su lucha contra una enfermedad infecciosa expansiva que incrementa el riesgo de contagio, con posibilidad de enfermar y, en los casos más graves, de morir. De hecho, en España hay demasiados profesionales contagiados por coronavirus, por falta de material de protección: batas impermeables, guantes de nitrilo, mascarillas adecuadas... Algunos laboratorios farmacéuticos y diferentes empresas han hecho donaciones, no bien vistas por ciertos sectores.

4. INSEGURIDAD DE LOS SANITARIOS Y AGOTAMIENTO

Por su parte, la autoridad sanitaria, reconociendo que los sanitarios son los que corren más riesgo de contagio, declara su voluntad de asegurar que estos profesionales no se expongan a dicho riesgo. Palabras que no se corresponden con los hechos. Como bien refleja la ilustración de Mónica Lalanda, los sanitarios  están agotados, deshechos y desprotegidos; sobre todo los de servicios de urgencia y UCI. Y aquí topamos con la seguridad laboral de los trabajadores de la salud. Porque la Ley de Prevención de Riesgos Laborales está para cumplirse. Y entre la rabia y la impotencia, en la inseguridad, surgen las preguntas: ¿Está un trabajador obligado a trabajar sin suficientes medios de protección? ¿Es de recibo que se tenga que proveer él de los medios que la empresa no le proporciona? ¿Se puede ir a trabajar con la angustia de quien va al matadero? ¿Es el ámbito sanitario excepción?...

5. COVID-19 Y ATENCIÓN PRIMARIA (A perro flaco, todo son pulgas)

La Atención Primaria, de la que los medios poco hablan (o lo hacen sólo para dar cuenta de sanitarios fallecidos por el coronavirus), se siente especialmente olvidada y desamparada, sin medios suficientes ni directrices claras. Se reciben en el primer nivel asistencial tantas notas informativas, y tan pocas respuestas efectivas, que hemos pretendido poner orden para salir de la confusión mediante un cuadro temático. Pero en enviar material no ha habido diligencia. Eso sí, la habitual burocracia se redobla con la gestión de bajas laborales, cuando se deberían haber tomado medidas para descargar a los profesionales de esta tarea improductiva, que  además entorpece su actividad asistencial. A los problemas enquistados de la AP se le unió la epidemia como una losa que la aplasta; la COVID está acaparándolo todo, desplazando otras cuestiones importantes de salud. Se habla de la necesidad de una AP fuerte y resolutiva, pero para ello ha de estar bien dotada. Se precisan medios humanos y materiales, incluido medio de transporte para la atención domiciliaria (no exigido por la costumbre: siempre se ha dispuesto del propio coche), y más que nunca en situación tan crítica. Por pedir que no quede, aun siendo pesimistas al observar una gestión sanitaria que no nos parece la más acertada.

6. REFLEXIÓN FINAL

En medio de todo (deseando salir cuanto antes de esta pesadilla, de fríos y dudosos datos) y después de todo, dramas familiares, el propio drama de los sanitarios, trastornos emocionales, consecuencias económicas, posibles consecuencias políticas, probables demandas judiciales… En fin, preferible no pensar demasiado. Pero no perdamos del todo la esperanza; habrán de venir tiempos mejores.

Mientras tanto, en la espera activa de un final y una vacuna eficaz...

¿Cómo acabará la pandemia de Covid-19?

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