Los ojos en la poesía están presentes en general con un sentido amoroso. Inspiran a los poetas su forma, su color o su gesto, cambiante según la apertura de los párpados; en suma, su belleza y su expresión. Pero también llama la atención de los creadores el aspecto psicológico de la mirada, por su hondura (lo vimos en «La hondura de lo humano. Semblanza y elegía de don Gregorio Marañón», de Luis Rosales), su penetración, su efecto amedrentador, etc. Podemos apoyarnos en el escrito de una página oftalmológica que relaciona ojos y poesía: La mirada en la poesía (aunque el poema atribuido a Neruda no sea del famoso Pablo) y en una recopilacion de «poemas con la palabra ojos». Por otra parte, cuando el precioso sentido de la vista se pierde, también es motivo de expresión lírica.
Y sin más preámbulo, pasamos a nuestra selección poética.
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