Difícil enfrentarse a situaciones muy adversas.
El jefe de servicio de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Donostia, Félix Zubia, con tristeza, decepción y rabia, dice:
Nuestros compañeros de trabajo de Atención Primaria están reventados. Si los casos siguen creciendo, los hospitales se volverán a llenar y la actividad quirúrgica cesará.
¿Cómo se les va a hacer a todos control, aislamiento, seguimientos, rastreo...? Es imposible trabajar en Atención Primaria. Hay muchos enfermos y enfermedades que no son la covid-19, y la atención de esos pacientes se verá afectada irremediablemente.
Lo que está pasando es un fracaso de toda la sociedad y no veo ni conciencia, ni intención, ni ganas. Pido a todos el mismo nivel de responsabilidad que se nos pide a los trabajadores sanitarios.
Nos sorprende, y se agradece, que un médico hospitalario reconozca la problemática de Atención Primaria (¡imposible atención a enfermedades diversas y seguimiento a la vez de pacientes covid!), además de instar a la ciudadanía a sacrificarse como los trabajadores de la salud (nada de cenas de trabajo, comidas con amigos y reuniones). La lucha antipandémica es responsabilidad de todos.
Que es imposible trabajar adecuadamente en el primer nivel asistencial lo saben bien los zarandeados médicos de familia, que lidian a diario con agendas que superan lo razonable, que se desbordan por las citas forzadas, disruptivas, mal llamadas «urgentes», que obedecen a motivos mayormente burocráticos. Sobre todo bajas laborales o partes de confirmación de las mismas, electrónicas o manuales (los de las mutuas de funcionarios), sin que aquí colaboren las llamadas mutuas colaboradoras. Pero también otro papeleo diverso, imparable a pesar de la pandemia, incluyendo los odiosos justificantes (advertimos que se ignora la existencia de la declaración jurada). Es un sinsentido.
Agendas que tienen 25 o 30 huecos establecidos, acaban llenándose con 40, 50, 60... usuarios; la agenda racional, o de calidad, es como un sueño inalcanzable. El trabajo aplastante, a destajo, impide al profesional de la salud centrarse en lo importante. Es una lucha constante contra el tiempo cronológico. Si se hiciese una auditoría externa, es posible que ordenasen el cierre de los centros de salud, por la seguridad del paciente y la propia salud de los sanitarios.
En fin, estamos trabajando bajo una continua tormenta sanitaria...
Sinfonía alpina: Tormenta, descenso y puesta de sol – Richard Strauss
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Apunte desesperado en sexta ola pandémica de COVID
Citas médicas forzadas: «Necesita parte de baja... Necesita parte de baja... Necesita parte de baja...». Y pensamiento consecuente: Médico necesita baja, aplastado por tanto parte de baja urgente».
Antes y después de la pandemia [De entrevista a Enrique Gavilán]
Andábamos en una situación complicada cuando la pandemia nos ha puesto al límite. En el sistema sanitario veníamos con un problema de hace muchos años y esto va a dejar secuelas en muchísima gente, no solo en aquellos centros donde está habiendo una actividad altísima, sino solamente por estar expuestos a una situación de riesgo a nivel personal. Efectivamente, esto va a suponer un antes y un después, lo que no sabemos es lo que va a traer.
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