miércoles, 1 de diciembre de 2021

Con todo en contra: saber adaptarse

Johnny Weissmüller como Tarzán

La capacidad de adaptación a un nuevo medio es muy importante para sobrevivir. Si al principio no nos gustaba, esa capacidad hasta puede llegar a hacerlo agradable, incluso a convertir en paraíso terrenal lo que parecía un infierno. De lo contrario, ese infierno puede perpetuarse. La figura de Tarzán, el personaje de ficción creado por Edgar Rice Burroughs, con su imborrable imagen cinematográfica, nos sirve para ilustrar poéticamente esa capacidad de adaptación, primero a un medio completamente natural y después a otro extremadamente civilizado, o artificial. Y éste, aunque se asuma, puede anular al individuo.


EN CONTRA

En la selva solo, 
desnudo y medroso en salvaje hábitat,
no hallando salida, decide adaptarse. 
—Tropicales frutos serán mi alimento; 
simpáticos simios, leales amigos; 
un árbol vivienda; lianas transporte… 

Tarzán de los monos,
de los animales amo y rey señor,
quien de libertad estaba privado. 
Tarzán de la jungla,
nadador soberbio, de voz imponente,
quien enmudecía y se ahogaba en llanto.

En urbano ambiente,
vestido y audaz sobre humano asfalto,
entre iguales seres, no hallaba la entrada.
—Debo alimentarme de carne sintética; 
trabar amistades con gente influyente;
vivir en gran casa; tener limusina…

Esclavo de todo,
de las actitudes prisionero y siervo,
quien libre gritaba en su confín grato. 
Hoy enmudecido,
quien, naturalmente, al rey sorprendía.
¡TARZÁN DE LA NADA!

[1996]

Murmullos del bosque (de Sigfrido, acto II), Richard Wagner

No hay comentarios:

Publicar un comentario