El caminante, Concha Jiménez Puente |
Caminar por la vida y, después de muchos años, sentirse cansado o abatido. Negar la muerte y obsesionarse con ella. Buscar la propia identidad, retirado del mundo, en mística soledad. Sentirse al fin en comunión con la naturaleza y, en bucólica serenidad, morir en paz. Ser pasajero en la tierra y expresarlo en peculiar soneto.
¡Tengo rota la vida! En el combate
de tantos años ya mi aliento cede,
y al orgulloso pensamiento abate
la idea de la muerte, que lo obsede*.
Quisiera entrar en mí, vivir conmigo
poder hacer la cruz sobre mi frente,
y sin saber de amigo ni enemigo,
apartado, vivir devotamente.
¿Dónde la verde quiebra de la altura
con rebaños y músicos pastores?
¿Dónde gozar de la visión tan pura
que hace hermanas las almas y las flores?
¿Dónde cavar en paz la sepultura
y hacer místico pan con mis dolores?
*Obseder: obsesionar.
El pasajero, Ramón María del Valle-Inclán
Claves líricas (1920)
Con este título reunió Valle-Inclán
su trilogía de obras líricas:
Aromas de leyenda (1907)
El caminante (1920)
La pipa de kif (1919)
[Nota. El poeta dispuso el último poemario en segundo lugar.]
El poeta universal – Juan Mary Montes, Teo Cardalda
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