La dependencia de otros puede significar enfermedad psíquica.
La dependencia a un grupo, con o sin sentido de pertenencia al mismo, puede obedecer a intereses personales o a necesidades de bienestar psicosocial. El grupo puede ofrecernos ventajas o darnos seguridad, protección. Pero, aunque pueda parecer beneficiosa, la dependencia grupal puede ser perjudicial si lleva a la pérdida de la individualidad. La anulación del individuo en favor del grupo, o de su líder, es una forma de esclavitud. Lo vemos en el marco político, cuando un individuo que pertenece a un determinado grupo ideológico se inhibe de toda crítica, renunciando a la libertad de pensamiento, tragando con todo lo que le dicen, mostrando un servilismo extremo. Y en los grupos de manipulación psicológica (sectas coercitivas). Puede hablarse entonces de «trastorno de dependencia grupal».
Sinfonía fantástica: IV (Marcha hacia el suplicio) – Hector Berlioz
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