He aquí una alegoría sobre el día a día de los médicos de familia del Institut Català de la Salut y su lucha contra la escasez de tiempo y el ordenador, una representación visual de la que he tenido conocimiento por el blog El nido del gavilán. Aquí se resume un drama que no difiere del que sufre el resto de profesionales de otras comunidades de la diversa Hispania, que trabajan en solitario y han de armarse de paciencia infinita para no estallar. Quien no lo vive, no lo puede creer. En fin, reír por no llorar.
Fantástica representación de la pesadilla del día a día que tenemos que padecer con estas agendas absurdas y programas estúpidos que anulan toda originalidad e ingenio. Un saludo
ResponderEliminarYa lo creo, Antonio, una jocosa síntesis del esperpento asistencial de la Atención Primaria en el que nos han metido los teóricos del sistema. Un saludo y gracias por tu comentario.
ResponderEliminarTodas las irónicas situaciones que en una cantina serían grandes chistes, a la hora de la hora son dramas enormes, pero he aquí algunos consejos que le daría al médico de esta pelicula.
ResponderEliminar1) no necesitas desesperarte por el andar lento del viejito, puedes ir haciendo la anamnesis mientras lo acompañas del brazo a que se siente.
2) Ausculta primero el pulmon y el corazón, luego toma el pulso. Aunque no sea necesario, a los pacientes ancianos les da mucha seguridad que los toques.
3) Si no tienes internet, al menos con un celular 3G puedes entrar en la pagina de la OMS concerniente al CIE 10 o si no en wikipedia, está muy accesible y más práctico.
4) roba el tiempo de otros pacientes para el que más lo necesite, algunos pacientes pueden ser atendidos hasta en 7 minutos, y otros en 10, tú mismo vas viendo tu ritmo.
Aunque te confieso que yo me siento quemado en mi profesión, pero estas cosas no me las dijo nadie, lo aprendí tratando a 36 pacientes por día de lunes a sábado cuando trabajé para el seguro social, mi sueldo 475 euros al mes.
Sabias recomendaciones las tuyas, querido Tony. Lo difícil aquí es cumplir la cuarta, pues tenemos una rígida cadencia distributiva (de 5 o 7 minutos por paciente) impuesta, que por encima se aminora con las "urgencias". Los usuarios son cada vez más impacientes y se desesperan si no se les llama en la hora de la cita. Para colmo, si a uno se le despacha rápido es posible que el siguiente no esté, de modo que el tiempo ganado da paso a otro tiempo muerto que no se aprovecha. Es el gran problema de la "agenda irracional" elaborada desde los despachos. De todas formas, lo dicho, muy buenas tus sugerencias.
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