lunes, 1 de julio de 2024

Justificante de ausencia escolar

Cartel informativo
en puerta de constultorio médico

Las ausencias escolares de los niños las justifican sus tutores legales, no los médicos. Determinado así en 1985. Y en 2024, casi 40 años después, parece no estar claro todavía, cuando se le sigue pidiendo al médico un ‘‘justificante de ausencia’’ que no le corresponde y se ve obligado a anunciarlo. En este caso para que los padres que no lo sepan tomen nota y se lo digan a maestros y profesores, si es que tampoco lo saben, después de casi cuatro décadas de establecida la norma.

Y para quienes ya lo sabían o no, una vieja canción muy refrescante...

El telegrama (Ya lo sabía) – Monna Bell

2 comentarios:

  1. Bonito conflicto es este, Pepe. Es una guerra a la que los médicos os veis arrastrados como víctimas colaterales. Culpables: los padres descerebrados que se hacen cómplices de sus hijos cuando estos pretenden hacer trampas. Situación típica: un día pones un examen al que faltan uno, dos o tres niños (porque la irresponsabilidad de algunos papás ha hecho que este truquito se haya extendido mucho), y al día siguiente se te presentan los tres con papelitos cumpliendo la ley del cartel ese del consultorio médico, justificando la ausencia con una oportuna enfermedad falsa y preguntándote qué día les vas a poner el examen que no pudieron hacer porque les dolía la tripa. ¿Qué puede hacer el profesor? Puede, por ejemplo, tirar de otra norma que también existe: usted no vino al examen, tiene un cero y ya se presentará a la recuperación (si para entonces su tripita no le falla). Esto es cortar por lo sano y perjudicar a los alumnos que faltan a exámenes con razones verdaderamente justificadas (que los hay) por culpa de los tramposos. Para evitar esto y al mismo tiempo cerrarles el paso a los ventajistas (hacer el examen un día después es también jugar sucio con los compañeros), muchos profesores optábamos por esta regla, que no está en ningún BOE, pero la podíamos poner: las ausencias a exámenes no podrán ser justificadas con un simple justificante paterno, sino que deberá mediar documento no cómplice de una institución externa.
    En el caso de los médicos, invitados a esta guerra contra su voluntad y su obligación, yo les decía a mis chicos: si estás tan malo como para no venir, tiene que verte un médico. Sin justificante de visita, no me creo tu enfermedad. Les decía, no obstante, que no tenían que molestar al facultativo pidiéndole inoportunos justificantes médicos, sino que fueran a la recepción que hay en todo consultorio (tanto público como privado) y pidieran uno de esos simples volantitos en los que se acredita que fulanito estuvo en esa consulta tal día y a tal hora, los mismos que les dan a los currantes para la empresa, que valen y no son documentos médicos. Es una solución sencilla y eficaz. Los papás están dispuestos a firmarles a sus hijos justificantes falsos, pero no a perder la tarde yendo a la consulta para que les den un volantito de estos. Créeme lo que te digo: si no hay medidas disuasorias, los días de examen se convierten en días de epidemia, cosa que no se puede permitir.

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    1. Lo has explicado todo, Pablo, con claridad meridiana y sin medias tintas. Esa inmadurez de algunos padres es el problema, no la picaresca de los hijos. En nuestra época estudiantil esto era impensable, o excepcional, porque no había tanta permisividad.

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