jueves, 25 de septiembre de 2025

Dependencia grupal


La dependencia de otros puede significar enfermedad psíquica.

La dependencia a un grupo, con o sin sentido de pertenencia al mismo, puede obedecer a intereses personales o a necesidades de bienestar psicosocial. El grupo puede ofrecernos ventajas o darnos seguridad, protección. Pero, aunque pueda parecer beneficiosa, la dependencia grupal puede ser perjudicial si lleva a la pérdida de la individualidad. La anulación del individuo en favor del grupo, o de su líder, es una forma de esclavitud. Lo vemos en el marco político, cuando un individuo que pertenece a un determinado grupo ideológico se inhibe de toda crítica, renunciando a la libertad de pensamiento, tragando con todo lo que le dicen, mostrando un servilismo extremo. Y en los grupos de manipulación psicológica (sectas coercitivas). Puede hablarse entonces de «trastorno de dependencia grupal».

Sinfonía fantástica: IV (Marcha hacia el suplicio) – Hector Berlioz

viernes, 19 de septiembre de 2025

Protección radiológica

Equipo de protección de rayos X (Mavig)

En los inicios de la radiología, la pérdida de dedos y las quemaduras eran comunes entre los radiólogos. Al observarse que la radiación de los Rayos X* (descubiertos por Wilhelm Conrad Röntgen en 1895) producía esos efectos nocivos, se planteó la protección. Ya en 1896 se propusieron las primeras medidas básicas: reducir el tiempo de exposición, mantener una distancia mínima del tubo de rayos X y cubrir la piel expuesta. Posteriormente, se comprobó que también podían causar cáncer y se extremó la protección: delantales, collares y gafas de plomo, para proteger a operarios de la radiación directa; pantallas de plomo y cortinas de plomo móviles, para proteger a personal médico y pacientes de la radiación dispersa. En definitiva, las medidas de protección radiológica se basan en tres reglas: distancia, tiempo y blindaje.
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*Los rayos X son radiación ionizante artificial. 
–Sobre radiación natural y artificial, v. AQUÍ.
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Fuentes

Protección radiológica

jueves, 11 de septiembre de 2025

Sobre cuentos o relatos cortos


Sobre cuentos o relatos cortos, traigo parte de una crítica literaria desenfadada del filólogo y escritor Alfredo Vazquez Oliveira.
Cierto que hay cuentos chulos de Wilde, Kafka, Scott Fitzgerald, Dahl y hasta alguno de "Dublineses", del pelma de Joyce. Pero para cuentazos, los de Chéjov ("El beso" o "La dama del perrito," p. ej.); los 17 relatos de "El llano en llamas", de Rulfo; y los 8 de "Los funerales de la Mamá Grande", de García Márquez. Me olvido, a propósito, de Borges y de Cortázar, porque me parecen dos autores sobrevaloradísimos. Y como siempre, rizar el rizo, ya lo hizo (nótese la rima) Cervantes en el "Quijote", cuando magistralmente intercala entre la acción principal una novela corta pastoril ("Marcela y Grisóstomo"); una sentimental ("Cardenio y Dorotea"); una italiana ("El curioso impertinente"); una morisca ("El cautivo"); y hasta una picaresca ("Ginés de Pasamonte"). Esto en 1605. En 1615, "Las bodas de Camacho", "Claudia Jerónima", "Ana Félix" o "El morisco Ricote".
Me parece fascinante la reivindicación del Cervantes cuentista, al fin y al cabo nuestro escritor total. (Por cierto, en Los trabajos de Persiles y Segismunda incluye otro cuento formidable: «El enamorado portugués».) Y de acuerdo con la supremacía de Chéjov. Por otra parte, creo que entre los gigantes del cuento habría que incluir a Poe. Y entre los buenos cuentistas, a Gogol, Stevenson, Maupassant, London, Clarín y Pardo-Bazán. Aunque yo no he leído tantos relatos cortos como el autor del ensayo y mi voz no es tan autorizada como la suya.

Cuentos de misterio e imaginación: «Un sueño dentro de un sueño»
The Alan Parsons Project
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Hay que desligar al escritor –de cuentos u otro género literario– de la persona.

El escritor y la persona 
En un diálogo con el autor del texto principal de esta entrada sobre la figura de Valle-Inclán, considerábamos sus luces y sus sombras. Entre éstas, yo apunté la contradicción como la principal, cuando él ya había referido las sombras de otros escritores, separándolas de sus valores literarios. «Hay de desligar persona de autor, porque entonces no podría apreciarse la obra de casi ninguno: Cervantes, por ladrón; Lope, por burlador; Góngora, por envidioso; Quevedo, por difamador; Larra, por suicida; Dostoievski, por ludópata; Stendhal, por napoleónico; Wilde y Verlaine, por corruptores de menores; Neruda por violador y pésimo padre; Nabokov, por pederasta; Cela, por grosero; Delibes, por cazador. Y así, hasta un largo etcétera». Ciertamente, el lector debe centrarse en la obra.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Por qué no nos gusta un libro


No hay libro tan malo que no tenga algo bueno. Plinio el Joven

Los motivos por los que no nos gusta un determinado libro podemos achacarlos al autor...

La mayoría de las veces tenemos bastante claro por qué no nos gusta un libro, y lo achacamos siempre al autor, porque no nos agrada cómo escribe, no nos interesa lo que cuenta, es demasiado largo, demasiado superficial o demasiado profundo, ininteligible, aburrido, pobretón.  —Carlos Andia, Un libro al día

..., pero la culpa también puede ser del lector, por no hacer una lectura adecuada (continuada, centrada, detenida), por no estar preparado o por cualquier motivo que no lo defina como buen lector y lo haga ser un lector malo. Por otra parte, que no nos guste un libro no significa que sea malo; la valoración de un lector medio no tiene el peso de la del crítico literario, que va más allá de gustos personales.

I'm Reading a Book (Estoy leyendo un libro), Julian Smith
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Sobre libros (y autores) sobrevalorados e infravalorados
Da gloria leer a alguna vaca sagrada como Vladimir Nabokov destrozar a vacas otrora sagradas como Conrad o D.H. Lawrence.
Cada persona tiene sus gustos y, ante un libro, opiniones diferentes de los demás. Además, como suele decirse, no existen solo el blanco y el negro, también una amplia gama de grises. A veces el lector entra en conflicto consigo mismo cuando sobrevalorada cierta obra mientras el resto de la humanidad parece adorarla.

jueves, 4 de septiembre de 2025

Prevención del deterioro en ancianos hospitalizados


Un artículo de Diario Médico se nos presenta con el epígrafe «Los hospitales no están hechos para ancianos... aunque son los que más los frecuentan», y en él se habla de un programa para evitar que los ancianos salgan del hospital peor de lo que entraron. Porque “un hospital es un entorno hostil para todos los pacientes y más aún para los mayores”, y hay que minimizar sus efectos perniciosos sobre las personas que, por necesidad, son hospitalizadas.

Se habla de pérdida funcional en mayores hospitalizados, y se señalan las causas: inmovilización prolongada, uso indiscriminado de pañales, entornos desorientadores (la arquitectura sanitaria influye) y rutinas rígidas que alteran el sueño. Por eso el programa se articula sobre tres estrategias: identificación precoz del paciente frágil; prevención del deterioro funcional mediante movilización temprana y fomento del autocuidado; y prevención del delirium.

Si no queda en pura teoría, sea bienvenido este programa preventivo a aplicar en varios hospitales de Madrid, que bien podría hacerse extensivo a todos los hospitales hispanos.

Mozart: Sinfonía n.º 34, Final: Allegro vivace

lunes, 1 de septiembre de 2025

Médico humano


Un médico de familia*, competente, entregado a su labor profesional, pero sobrepasado por el número de citaciones que, lógicamente, ocasionan demoras en la atención, le dice a cada usuario que se extraña por la necesidad de espera:
Atiendo a todas las personas que tienen cita previa, veo de inmediato todas las emergencias que llegan y asumo las urgencias que me derivan, previamente priorizadas, desde las consultas de acogida de enfermería. También acudo a los avisos o visitas domiciliarias —ya sean programadas para personas inmovilizadas o solicitadas—, acompaño en ambulancia hasta el hospital a pacientes inestables y, si el tiempo me lo permite, intento resolver problemas administrativos. Todo esto, siempre dentro de mi horario laboral.
No se trata de un robot o un semidiós infatigable, que no precisa alimentarse ni descansar, sino de un ser humano que hace lo que puede y más, pero que tiene sus limitaciones. Y sus pacientes deben comprenderlo.
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Beethoven: Sonata para piano nº 20. II. Tempo di menuetto
Arreglo procedente del III movimiento del Septimino.