En el viejo modelo de atención primaria, cuando ni siquiera se llamaba así el primer nivel asistencial, los médicos de cabecera (“médicos generales”) que desempeñaban su trabajo en ambulatorios disponían de una auxiliar (“auxiliar de clínica”), que les prestaba ayuda con las tareas administrativas o burocráticas.
Con la creación del nuevo modelo en sustitución del tradicional, y la denominación explícita del primer nivel asistencial como atención primaria, los nuevos médicos de cabecera, convertidos en médicos de familia comenzaron a trabajar en centros de salud (alguien los llamó “ambulatorios caros”), en solitario.
La decisión de eliminar de la consulta médica la figura de la auxiliar de clínica (convirtiéndola en “auxiliar de enfermería”) no sé si derivó de una imposición ministerial o de un acuerdo entre las partes involucradas. ¿Chi lo sa? La cuestión es que en este punto no todos los médicos de familia estuvieron de acuerdo.
Pensemos en que las situaciones son muy variables.
Me explico. Unos médicos de familia trabajan en el medio rural (“médicos rurales”), otros en el urbano o semiurbano. Unos en enormes centros de salud, en equipos de muchos miembros, otros bajo el techo de medianos o pequeños edificios. Unos cuentan con horarios de mañana, otros de mañana y tarde o deslizantes.
Volviendo al hilo de la cuestión, diré que he visto en más de un congreso de medicina de familia reclamar el apoyo en consulta con este lema: «CONSULTA MÉDICA AUXILIADA, ¡YA!». Escrito estaba en las batas de algunos afectados, muy sensibilizados con el hecho negativo de verse en la consulta solos ante el peligro.
(No deja de ser una discriminación más, como sucede con la seguridad.)
(No deja de ser una discriminación más, como sucede con la seguridad.)
Se han elaborado documentos reclamando consultas médicas auxiliadas (sin distinción de género), desde las vocalías provinciales de los colegios médicos y desde la propia OMC. Total para ná, como diría un flamenco. Y eso que ya habían pasado 25 años desde la creación del nuevo modelo.
Los argumentos esgrimidos parecen legítimos. Nadie sensato puede cuestionar la conveniencia de una circunstancia que permitiría al médico médico de familñia centrarse en las tareas clínicas y favorecer su toma de decisiones. Por el contrario, ahora debe atender a todo: puerta, teléfono, sala de espera…
Tal vez se haya planteado mal esta justa reivindicación. Quizá ha faltado unión profesional. Acaso se hayan conjugado varios factores adversos. La realidad es que los especialistas hospitalarios cuentan con la inestimable ayuda auxiliar. Entonces, ¿por qué los médicos especialistas en medicina familiar y comunitaria no?
¿Saben qué?: hay cuestiones en las que los economistas se equivocan; sobre todo en las que conciernen a los recursos humanos.
I may be wrong - Dan Barrett International Jazz Quintet
Hay cuestiones en que los de RR HH, se equivocan porque no son o aún no han sido, pacientes ... ni médicos
ResponderEliminarAsí es. Muchos no han dado jamás un palo al agua.
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