Enfoque en las urgencias

Echando una ojeada al libro Na urgência, de la interesante serie portuguesa "Retratos da Fundaçao", compruebo que los problemas y vivencias de un servicio de urgencias hospitalario portugués son similares a los nuestros. No se podía esperar otra cosa, salvando las particularidades de cada sistema sanitario. Así que en el país vecino se repiten las mismas cuestiones tan debatidas en el nuestro: 

• El mal uso de los servicios de urgencia. 
• La cuestión de las tasas moderadoras y su influencia en la demanda de atención urgente. 
• Los tiempos de espera y la desesperación del que espera. 
• La ansiedad de los profesionales sanitarios ante la incertidumbre y la presión asistencial. 
• La prescripción excesiva de fármacos, por diferentes motivos. 
• La medicina defensiva, con su variabilidad entre médicos veteranos y novatos. 
• La visión de gestores y economistas, tan diferente de la de los clínicos. 

Son los temas principales extraídos de un relato de lo cotidiano en el servicio de urgencias de un hospital lisboeta. Además, como se explica en la sinopsis del libro, se habla de las motivaciones que llevan a la gente a acudir al sistema de salud por esa vía rápida y cuáles son los profesionales de la salud que escogen trabajar en la incerteza de las urgencias. Todo se podría resumir en palabras enfrentadas: tensión y satisfacción, esfuerzo y recompensa, cansancio y entusiasmo.

Emergencia vs. Urgencia

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ANEXO: URGENCIAS HOSPITALARIAS (REFLEXIONES)

[Voces ajenas]

—¿Qué pasa aquí? Los médicos de familia terminan su especialidad y ante el escaso atractivo de la atención primaria recalan en las urgencias de los hospitales. 

—Estoy cansado de oír el reproche del médico de hospital: «Pero ¿cómo su médico no le envió antes?». Y me encanta oír: «Hizo bien su médico en enviarle».

—Quienes hacen de urgenciólogos de larga duración llevan años solicitando que se cree la especialidad de Urgentología; y aunque parece razonable, podría significar el derrumbe de la especialidad de medicina de familia.

[Voz propia]

—La gran paradoja es que quienes se forman en la especialidad de medicina de familia, médicos que se preparan para la atención integral extrahospitalaria, acaben dedicando su vida laboral a la atención de urgencias hospitalarias. Y en las puertas de los hospitales se atienden urgencias médicas y quirúrgicas, lo cual supera el cometido de los internistas, que se desentienden de traumatismos, urgencias ginecológicas, oftalmológicas, psiquiátricas y otras. Sin embargo, el jefe de servicio en urgencias es un internista. No deja de ser sorprendente. Si se crease la especialidad en medicina de urgencia, la Urgenciología o como quiera que se denomine, entonces habrá un urgenciólogo al frente del servicio de urgencias.