CICLOS
Sin darnos cuenta,
las estaciones mudan.
Y yo con ellas.
–Invierno–
Tibios colores
de otoño se volvieron
fría blancura.
Acaba el año.
Pero la vida sigue…
o se detiene.
–Primavera–
Llegará pronto
la estación más alegre.
Casi la escucho.
En primavera
y sin poder volar.
Felices pájaros...
–Verano–
Hermoso cuadro
sobre marinas aguas
dibuja el sol.
Un tiempo ardiente
suavizado en mi espacio
de frescas flores.
–Otoño–
Bosque de pinos
y tenue luz idílica.
Tiempo de setas.
Algo en el aire
se siente diferente.
Mis hojas caen.
Las estaciones: «Otoño», Alexander Glazunov
***
Apunte sobre Alexander Glazunov
El compositor ruso Alexander Glazunov (1865-1936) se interesó por los motivos de la etnofonía rusa y por las viejas leyendas nacionales, de las que extrajo inspiración para uno de sus más animados poemas (Stenka Razin). Después de la muerte de Borodin (1887), realizó juntamente con Rimsky-Korsakov la orquestación del El príncipe Igor, para lo cual reconstruyó totalmente la obertura a base de los fragmentos que el mismo Borodin le había hecho escuchar al piano. Perteneció al Círculo Beliáyev –junto a Anatoli Liádov y el propio Rimski-Kórsakov, que había pertenecido al Grupo de los Cinco–, con el que Tchaikovsky mantuvo una relación armoniosa. En 1899 fue nombrado profesor de instrumentación del Conservatorio de Petrogrado, del que asumió la dirección en 1919. Glazunov dejó una abundante producción: música de ballets (Raimunda, Astucia de amor, Las estaciones), de escena (Salomé), ocho sinfonías, seis oberturas, composiciones de cámara y romanzas. Y probablemente Las estaciones sea su obra maestra.
Aleksandr Glazunov |
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