LA ENFERMEDAD RARA
A Fabio A.
Todo iba bien, en apariencia,
hasta que percibí ese día
una perturbación del cuerpo
extraña e inquietante. Quise
comunicar mi desazón,
airear aquel desasosiego,
pero no lo hice, temeroso.
Al repetirse e incrementarse
–con otros síntomas–, ya la honda
preocupación fue revelada.
Después de análisis y pruebas
específicas, supe al fin
que era una rara enfermedad
genética sin curación
la que en mí se manifestaba.
Airado, maldije mis genes,
grité mi crispación al cielo,
lloré de rabia e impotencia,
llegué casi a devorarme.
El tiempo atemperó mi mente
y la inquietud se transformó
en resignación... Vivo ahora
asumiendo mi gran rareza,
esclavizado a intervenciones,
enfermo hasta el fin de mis días.
Y pese a desfallecimientos
o periódicas recaídas,
intento no flaquear, rendirme
en mi diaria lucha. Procuro
ser medianamente feliz.
[2024, 26 nov.]
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v. en blog:
Enfermedades raras (serie)
Gnossienne n.º 1, Erik Satie
Fiel a la realidad y escrito con la gran sensibilidad que te caracteriza.
ResponderEliminarEl acompañamiento de Satie es precioso.
Muchas gracias, Annun.
EliminarMe alegro de que te guste.