martes, 29 de octubre de 2019

Cuando nos falta el aire: Disnea


Disnea: sensación de ahogo o de asfixia.

1. La disnea, dificultad respiratoria definida como "sensación de falta de aire", puede obedecer a diferentes causas [fig. 1]. La disnea puede ser continua, intermitente (disnea paroxística), de reposo, de esfuerzo, en decúbito (ortopnea). Determinar la etiología, y sobre todo las potencialmente graves, es fundamental para tratar este molesto síntoma con garantías. La disnea puede ser aguda, crónica o crónica agudizada (p. ej. en EPOC).

2. Hay escalas de medición de la disnea, para estimar su intensidad, pero no dejan de ser subjetivas, y no siempre hay correlación con las exploraciones.

3. En la atención urgente de una disnea aguda procede la evaluación sistemática habitual: anamnesis, exploración física (nivel de conciencia y orientación, signos vitales, auscultación...) y, si es preciso, exploraciones complementarias (Rx tórax, gasometría arterial/pulsixiometría, análisis, ECG, para tomar una decisión terapéutica. Aunque en ocasiones la gravedad obliga a decidir inmediatamente sin seguir el protocolo clínico. Los signos de alarma (síncope, dolor torácico, taquicardia, síntomas vegetativos, estridor, tiraje...) nos pondrán en guardia.

1
Causas de disnea
Fuente
Entre las causas respiratorias de disnea aguda:
Obstrucción de v.a.s. por cuerpo extraño
Crisis asmática
Infección respiratoria
Reagudización de EPOC

2
Medición de la disnea

4. Hablamos de insuficiencia respiratoria* cuando en sangre arterial la presión parcial de O2 (Pa02) es < 60 mmHg** (hipoxemia), pudiendo acompañarse de  aumento de presión parcial arterial de CO2 (PaCO2): ≥ 50 mmHg (hipercapnia).

*Ver nota al final. **Equivalencia: saturación de oxígeno (Sat02) < 90%.

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5. Sobre el tratamiento, recordaremos que son esenciales dos cuestiones:
  1. Estabilización hemodinámica: a) Reposo con elevación de cabecera del enfermo; b) Mantener permeabilidad de vía aérea (en caso de atragantamiento: maniobra de Heimlich); 3) Administración de oxígeno —es esencial corregir la hipoxemia: Pa02 > 60 mmHg (saturación de oxígeno > 90%). Sobre oxigenoterapia AQUÍ—; 4) Monitorización de constantes vitales; 5) Fluidoterapia, mediante vía venosa.
  2. Tratamiento específico: a) Broncodilatadores, si obstrucción al flujo aéreo (EPOC, asma, hiperreactividad bronquial), vía inh., en forma de nebulización o inhaladores; b) Corticoides, en nebulización (laringitis) o inhaladores (broncoespasmo), vía oral o parenteral; c) Diuréticos (Furosemida), si clínica de insuficiencia cardiaca, vía parenteral u oral; d) Antibióticos, si infección respiratoria causal, eligiendo según características del paciente y patología subyacente; e) HBPM, si sospecha de TEP, a dosis de 1mg/kg cada 12h vía SC (y valorar profilaxis de ETV en todo paciente con disnea que vaya a permanecer largo tiempo en reposo y con factores de riesgo asociados).
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Disnea aguda

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Gasometría arterial

6a
Pulsioximetría
Método útil, rápido y no invasivo que valora la saturación arterial de oxígeno. Muy eficaz para saturaciones entre el 80 y el 100%. Menos fiable si hay anemia grave, mala perfusión periférica, luz ambiental intensa u obstáculos a la absorción de la luz (esmalte de uñas, hiperpigmentación de piel, etc.) —Fuente

6b

6c
Pulsioxímetro

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Oxigenoterapia. Mascarillas



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Valoración del paciente con disnea. Escalas de medición
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*Nota. El síndrome de dificultad respiratoria aguda (o de distrés respiratorio agudo, SDRA), se define actualmente como una insuficiencia respiratoria grave, debida a edema pulmonar no cardiogénico, por aumento de la permeabilidad de la barrera alvéolo-capilar secundaria a daño pulmonar agudo.

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