miércoles, 16 de octubre de 2019

Para curar a un enfermo...


Para curar a un enfermo, no bastan las noticias generales de la facultad ni el buen deseo del profesor; es preciso que éste tenga un conocimiento particular del temperamento del paciente, del origen de la enfermedad, de sus incrementos y de sus complicaciones si las hay. Quieren curar toda especie de enfermos y de enfermedades con un mismo medicamento: no es medicina, sino lo que llaman charlatanería, no sólo ridícula en quien la profesa, sino dañosa para quien la usa.
JOSE CADALSO, «Carta LXXIV» de Cartas marruecas (1789, obra póstuma)
Este párrafo de la obra de José Cadalso (1741-1782), militar y literato, nos muestra dos verdades contempladas bajo la óptica del humanismo médico. La primera, que hay que entender que cada individuo es diferente ("no hay enfermedades, sino enfermos") y, en consecuencia, procede un tratamiento individualizado, por supuesto con la aptitud suficiente. La segunda, que no hay ninguna panacea, y quien defienda lo contrario está incurriendo en charlatanismo y eludiendo el principio de no dañar (primun non nocere). La voz del escritor es clara. El médico debe conocer a la persona que está enferma y sus circunstancias. De ese modo el tratamiento que le aplique será más eficaz.


Special Treatment – Jazz Pistols
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Es una obra del género epistolar, catalogado de subgénero, e incluso detestado. Lo que no impide la consideración de Cartas marruecas como obra maestra del género, junto a otras obras españolas como Cartas eruditas y curiosas de Feijoo, Cartas desde mi celda de Bécquer o Cartas finlandesas de Ganivet.

Retrato de José Cadalso (1855) Pablo de Castas Romero

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