Ludwig van Beethoven fue el primer gran compositor de la historia con un
metrónomo. Johann N. Maelzel, el creador de este aparato, le regaló uno de los primeros que hizo. Al compositor le entusiasmó hasta la obsesión y se embarcó en la labor de revisar buena parte de sus obras para incluir su
tempo: la cifra que marca a qué velocidad hay que tocar, según las indicaciones del nuevo instrumento, el metrónomo. Hasta entonces, los compositores daban indicaciones aproximadas (como
allegro o
andante) pero ahora tenía una herramienta de precisión. Gracias al invento de Maelzel, Beethoven pudo fijar para siempre cómo quería que sonasen sus obras. El problema llega con el paso de los años y la imposibilidad de poder interpretarlos bajo las indicaciones que dio el maestro... [
El enigma del metrónomo de Beethoven]
No hay comentarios:
Publicar un comentario