El médico de familia (MF), obligado a saber un poco de todo lo que concierne a la ciencia médica, debe aplicar su arte en todos los campos. Pero ha de hacerlo conociendo sus límites, dejando lo que va más allá de su conocimiento o de sus competencias a los especialistas en una parcela del saber médico. Es decir, ha de tener un conocimiento integral (desde la profundidad del cerebro a la superficie de la piel), sin necesidad de saberlo todo de todo; ha de ser suficientemente competente en el manejo de los problemas más frecuentes del cuerpo y de la mente, sabiendo de la imposibilidad de abarcarlo todo. Y aunque, en general, está capacitado para especificar indicaciones higiénico-dietéticas y se defiende al afrontar patologías que, por otro lado, tratan los especialistas de las ramas médicas (clínicas, quirúrgicas, médico-quirúrgicas y de laboratorio o diagnósticas), suele flaquear en algunas cuestiones concretas. Es humano.
Dejando aparte las ramas quirúrgicas —de la cirugía mayor—, las ramas de laboratorio o diagnósticas y algunas ramas clínicas muy particulares (como la Alergología, la Anestesiología-Reanimación [modernamente con su sección de Tratamiento del Dolor] o la Oncología), que sobrepasan las funciones de la Atención Primaria (AP), los puntos débiles del médico de familia tal vez se hallen en las parcelas médicas referidas a continuación, por orden ABC.
De las ramas clínicas: Oftalmología, Medicina Física y Nutriología.
Respecto a la Oftalmología, es cierto que se hacen retinografías en AP y se interpretan, que se tratan patologías palpebrales y conjuntivales, que se valoran los traumatismos oculares y se hace diagnóstico el diferencial del ojo rojo doloroso, pero entendemos que no estaría mal una mayor formación en el campo ocular. [Patologías oftalmológicas frecuentes –Sociedad Española de Oftalmología]
Ponemos también el foco en Medicina Física y Rehabilitación, nombre completo de la especialidad (con la particularidad de la Fisioterapia en AP y su labor de “filtro” de la Traumatología), porque suscita bastantes dudas en la cabeza del MF.
Y señalamos la Nutriología por la conveniencia de un mejor conocimiento en alimentación y nutrición, dirigido al buen manejo de las necesidades nutricionales.
La Angiología en Hispania va ligada a la Cirugía Vascular (Angiología y Cirugía Vascular), lo cual puede ser un condicionante para la formación angiológica del MF, que debe afrontar enfermedades de vasos sanguíneos (arterias y venas) y linfáticos.
El ámbito de la Ginecología (Obstetricia y Ginecología, con su subespecialización de Planificación Familiar) parece limitarse en AP a la realización de citología vaginal (labor no exenta de conflictos) y al seguimiento de gestación por matrona.
La Odontología, o mejor Odontoestomatología, es ciertamente una rama específica, pero engloba problemas de la boca que a veces están en una encrucijada con la Dermatología* y la Otorrinolaringología (ORL)**, e incluso la Cirugía Maxilofacial, particularmente las enfermedades de la mucosa oral, lo que en ocasiones le hace difícil al MF determinar a qué especialista derivar.
La Traumatología enfocada en AP al diagnóstico y tratamiento de lesiones traumáticas abordables desde el primer nivel o susceptibles de derivación al hospital. Aunque el traumatólogo asuma funciones del reumatólogo –el especialista clínico del aparato locomotor– en nuestro sistema.
*Una apostilla sobre la Dermatología en AP: creemos que la formación del MF ha mejorado con la implantación de la teledermatología (arranque de la telemedicina) y la implantación de la dermatoscopia en los centros de salud.
**Respecto a la ORL, aunque la audiometría corresponda al especialista, conviene que el MF sepa interpretar la medición de la capacidad auditiva (audiograma).
Numeración de los dientes |
Y aunque siempre nos quedará algo en el tintero (pienso en determinadas enfermedades hematológicas malignas, en algunas enfermedades neurodegenerativas y en ciertas enfermedades metabólicas hereditarias) o, por el contrario, nos sobrará algo de lo que digamos, valga esta reflexión que nos parece necesaria. Siendo conscientes de la asunción de competencias en AP (Espirometría, Teledermatología, Retinografía, etc.) sin mejoras en la misma. Y sin olvidar que el médico de familia considera a la persona en su integridad, no fragmentada.
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