viernes, 5 de marzo de 2021

El rumbo del modelo sanitario


La universalización asistencial es un logro, no siempre valorado por sus beneficiarios, que tiene la cruz de la masificación: a precio cero (oferta gratuita), demanda infinita.

En 2019 se suscitó un debate en Twitter sobre los modelos sanitarios. En ese debate participamos y lo reflejamos en este blog (“Modelos sanitarios. Debate”). La cuestión era elegir entre los dos modelos existentes en Europa, con sus variantes nacionales: modelo Bismark y modelo Beveridge. Modelos que también analizamos aquí, hace ya once años, junto a la particularidad hispana (“Sistemas sanitarios europeos y SNS”). Pues bien, en resumen, podemos concluir: 

1. Modelo Bismark (Alemania, Francia y otros): financiado por cuotas (trabajadores y empresarios), salario médico ligado a actividad profesional (pago por acto), provisión ambulatoria privada, elección de especialista por el médico de familia... 

2. Modelo Beveridge (Reino Unido, España y otros): financiado por impuestos, universal, salario médico ligado a competencia profesional, provisión pública y privada… Médico de atención primaria o de familia (General Practioner) semiliberal, función preventiva importante, “portero” del sistema…

[Ver también: Los diferentes sistemas de salud.]

3. Aspectos comunes: la mayoría de los sistemas sanitarios se organizan en torno a dos niveles asistenciales: atención primaria y atención especializada (“¿Cómo se organiza la Sanidad en Europa?”), y todos los países de la Europa Comunitaria plantean algún tipo de pago directo [copago]* por parte del usuario en el punto de acceso a determinados servicios. Los diferentes sistemas de copago pueden ser entendidos como disuasión para el mal uso de los servicios sanitarios o, por el contrario, como discriminación que perjudica a los más desfavorecidos. En cualquier caso, mejor copago que pago completo por servicios médicos no financiados (audífonos, gafas, lentes de contacto, odontología reparadora, etc.).

*Copago sanitario en España: un debate sin fin... [v. también: Sanidad y copagos.]

4. Particularidades hispanas en atención primaria

Médico de familia dependiente, trabajando en equipo y asalariado. La medicina de familia española resulta ser la única donde los médicos son dependientes del sistema sanitario, trabajan en equipo multidisciplinar y con un salario fijo. [Así se recoge en un artículo de la revista Atención Primaria.]

Gran accesibilidad. Se dice –aquí– que “España es el tercer país de la Unión Europea (UE) —tras Eslovenia y Dinamarca— en el que el acceso de los usuarios a la atención primaria es mejor”. Aunque dudamos de que en los otros dos se llegue al extremo de la “hiperaccesibilidad” (entendida como “inmediatez”) española, con el problema que entraña por sobrecarga asistencial. Ya hablamos reiteradamente sobre la premura injustificada que provoca la “demandas sin cita” o “citas forzadas”, en busca de una atención urgente (inmediata), a menudo con un médico que no corresponde, diferente al que se tiene asignado, con todo lo malo que esto supone al encontrarnos con una “agenda médica aberrante”: degradación asistencial (merma de calidad), riesgo (inseguridad) y perjuicio de terceros. Todo exceso es malo.

[Al hablar de hiperaccesibilidad, señalábamos las causas: fomento de la prevención a toda costa, temor infundido a la población y prédica de la accesibilidad. Y la consecuencia: demanda creciente hasta el caos asistencial. Entonces, solo vemos una solución a este problema: recular.]

Copago aplicado a medicamentos y productos sanitarios.

CONSIDERACIÓN FINAL. No existiendo el modelo perfecto, procede cambiar o, al menos, perfeccionar el que tenemos, pues todo es mejorable y susceptible de quitarle imperfecciones o defectos que impiden su buen funcionamiento. Hemos soñado propuestas de mejora sanitaria, en general. Y en cuanto a atención primaria en particular, creemos que la mayoría de los profesionales aboga por una regulación del acceso (favoreciendo la accesibilidad como principio saludable e impidiendo la perniciosa inmediatez o hiperaccesibilidad), tal vez también por una atención urgente específica (“Gestión de la demanda en Atención Primaria: propuesta de mejora”) y, con seguridad, por una liberación de la carga burocrática, esa lacra mantenida en el tiempo e incluso acrecentada actualmente con los nuevos procedimientos. Todo ello para humanizar el sistema, preservar la seguridad del paciente y facilitar el servicio médico, sin que lo lastre una carga aplastante.


Pero está en manos de los políticos determinar el rumbo del modelo sanitario, obrando con tino para que no se hunda. O de otro modo: para no pasar desde el todo a la nada, comiendo y bebiendo hoy hasta reventar para mañana ayunar...

Hoy comamos y bebamos – Juan del Encina

y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.

2 comentarios:

  1. Creo que el "rumbo del modelo sanitario" no debemos dejarlo en manos de políticos (al menos no únicamente) pues hasta aquí nos han traído y en 40 años no han aprendido nada. La población española, en general, nunca ha entendido qué obtiene de su sanidad ni cuánto cuesta; considero que hemos creado una sociedad infantilizada en el sentido que como un niño pequeño pide "como si no hubiera un mañana", ignorando las consecuencias e implicaciones de ello. Corresponsabilizar a una socidedad más madura debería ser el siguiente paso.

    Los que mejor conocemos el sistema (los profesionales sanitarios) y mejor sabemos qué somos capaces de hacer y cómo, deberíamos liderar ese cambio de modelo de forma independiente a los políticos y a la población (ya sé, políticamente incorrecto...); escuchar, tener en cuenta, pero no supeditarnos a lo que digan como si fuéramos un "servicio" sin más con "usuarios" que siempre tienen la razón. Nuestra profesión es lo suficientemente complicada como para que dejemos en manos de otros el cómo debemos trabajar.

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  2. Creo que tienes razón, tanto en la valoración política como en la sociológica. Quienes conocemos el sistema –y lo sufrimos– somos los profesionales, y a nosotros nos corresponde hacer propuestas. Pero la cuestión es que nos escuchen los políticos, aquellos que, disponiendo del poder ejecutivo, son los que están legitimados para realizar cambios en el sistema sanitario. Ojalá algún día los hagamos entrar en razón y, teniéndonos en cuenta, procedan con sensatez.

    Gracias por tu jugoso y juicioso comentario. Un saludo.

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