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Me valgo para esta entrada literaria de textos ajenos que ponen de manifiesto la rivalidad entre los creadores literarios, su admiración y su animadversión.
1. La amistad entre creadores: de la admiración a los celos secretos
Por la fuerza de las afinidades estéticas y la identificación vital, la amistad entre creadores tiende a alcanzar altos grados de intensidad; pero también suele ser afectada por la competencia.
2. Rivalidades y celos literarios
Un escritor que zancadilla a otro, un grupo literario que infama a otro, la tensión entre lo central y lo marginal y el dominio del campo literario, “única” finalidad de sus participantes, son ejemplos de tales celos y rivalidades.
3. Góngora, Quevedo y Lope, más que enemigos
El Siglo de Oro español nos da cuatro buenos ejemplos de admiración y celos. Miguel de Cervantes (1547-1616) mostró su respeto por Luis de Góngora (1561-1627) en su Viaje del Parnaso, relato en verso sobre una batalla alegórica que libran el propio autor y algunos de los poetas más destacados de su época para defender el Monte del Parnaso del ataque de los «poetastros» mediocres. Entre los que luchan a su lado, Cervantes nombra a Góngora:
Aquel que tiene de escribir la llave,
con gracia y agudeza en tanto extremo,
que su igual en el orbe no se sabe
es don Luis de Góngora, a quien temo
agraviar en mis cortas alabanzas
aunque las suba al grado más supremo.
Sin embargo, Cervantes sufrió el desprecio de Lope de Vega (1562-1635), apodado «Fénix de los ingenios» por su inmensa producción y, tal vez por eso o de forma despectiva, «Monstruo de la Naturaleza» lo nombró Cervantes. El segundo supuesto podría haber sido el desencadenante de su enemistad. Por otro lado, Góngora, que tampoco se salvó de la crítica del fénix (Lope ataca las Soledades de Góngora), fue vilipendiado por Francisco de Quevedo (1580-1645), quien a su vez recibió ataques de su rival. La embestida parece haber venido primero desde el más joven; el otro se lanzó a la contraofensiva. Mantuvieron un combate poético, enzarzados en el arte de insultar.
Anacreonte español, no hay quien os tope,
que no diga con mucha cortesía,
que ya que vuestros pies son de elegía,
que vuestras suavidades son de arrope.
GÓNGORA, Soneto
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Lope de Vega y Cervantes mantuvieron una gran rivalidad durante todos sus años en activo; se fueron contestando en sus obras a las críticas de uno y otro. Enemigos íntimos, el manco de Lepanto y el fénix de los ingenios fueron amigos durante su juventud. Entre las teorías sobre quién fue el primero que rompió la paz, algunos historiadores cuentan que fue Cervantes, que colérico al ver que ningún director teatral compraba sus comedias comenzó una cruzada contra Lope de Vega; otros defienden que fue Lope de Vega quien tiró la primera piedra, que tras leer el manuscrito de El Quijote antes de su publicación, comenzó a denigrar a su autor.
[v. también: Gossip del siglo XVII: Cervantes y Lope de Vega]
Cervantes, Lope, Góngora y Quevedo. Valgan estas cuatro conocidas celebridades, hispanas y universales, como muestra de rivalidad literaria extrema (y seguramente también de admiración mutua, aunque fuese velada, callada o negada).
Amor y celos, amistad y odio... De la sana rivalidad a la disputa insana parece haber un solo paso entre los creadores literarios (o de otra índole). Quedémonos con lo mejor de su creatividad y dejemos a un lado las humanas miserias.
- En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio. (A Camus)
- Los que saben mucho se admiran de pocas cosas y los que no saben nada se admiran de todo. (Séneca)
- Proporcionalmente al número de los admiradores crece el de los envidiosos. (Séneca)
- La admiración es amor congelado. (F. Sagan)
- El asombro es la base de la adoración. (T. Carlyle)
- Más quiero viejo que me honre, que galán que me asombre. (Refrán)
- No me digas. (Expresión) [Me dejas asombrado]
El mundo literario español (bueno, y el de todas partes) siempre ha sido de tirarse los trastos a la cabeza, como ya sabes, Pepe, pero sin duda son proverbiales las rivalidades de nuestro segundo Siglo de Oro, el XVII, y no solo entre estos cuatro grandes genios que citas, sino que alcanzaba a todos, ¡lo que le tocó aguantar a Ruiz de Alarcón por ser jorobado! Había en esto mucho de celos y envidias. Parece ser que Lope, con ser el enorme poeta que era, tenía cierto complejo ante Góngora, por su elevado virtuosismo, y el cordobés se burlaba de él a lo bestia. Yo creo que es muy plausible la teoría de que el infumable "Quijote" de Avellaneda fuera, si no directamente obra de Lope, obra de algún esbirro suyo para joder a Cervantes, esto último lo veo más probable, dada la torpeza de esa infausta novela, que casa poco con el genio de Lope. En la estupenda biografía que dedica a Cervantes José Manuel Lucía Megías, cita un posible incidente de un soneto escrito por Cervantes en una de las academias literarias de la época, terriblemente grosero y al parecer dedicado a Lope, a cuyos oídos llegó la burla e hizo que su odio hacia el autor del "Quijote" fuera ya muy envenenado.
ResponderEliminarSí, Pablo, al parecer era habitual el fuego cruzado en ese dorado siglo. Alarcón llamaba a Quevedo «patacoja» y Quevedo a Alarcón, «Corcovilla».
EliminarDice JMLM que se conservan hasta cuatro sonetos que atacan a Lope, y que uno –reproduzco sus palabras–, quizás el más directo, se le atribuye a Cervantes, un maestro del cierre: «Si no es tan grande, pues, como es su nombre, / cágome en vos, en él y en sus poesías».*
https://www.abc.es/cultura/libros/abci-lope-vega-contra-cervantes-cronica-enfrentamiento-revivido-201801280128_noticia.html
*Soneto aquí:
https://1library.co/document/qmr6439y-cervantes-lope-vega-conflicto-personal-est%C3%A9tico-textos.html