La medicina es como profesión excelsa, pero como ciencia humildísima, y hay que aceptar esta insuficiencia y esta humildad en gracia a esta excelsitud.
Gregorio Marañón
La medicina tiene sus limitaciones, y su limitación máxima es impedir el envejecimiento progresivo y la mortalidad humana...
La medicina ha triunfado en los tiempos modernos, transformando los peligros del parto, las lesiones y las enfermedades de angustiosos a manejables. Pero cuando se trata de las realidades ineludibles del envejecimiento y la muerte, lo que la medicina puede hacer a menudo va en contra de lo que debería. (...) Los asilos de ancianos, dedicados sobre todo a la seguridad, se enfrentan a los residentes por los alimentos que se les permite comer y las decisiones que se les permite tomar. Los médicos, incómodos al hablar de las ansiedades de los pacientes sobre la muerte, recurren a falsas esperanzas y tratamientos que en realidad acortan las vidas en lugar de mejorarlas. Atul Gawande, un cirujano en ejercicio, ha revelado sin miedo las dificultades de su profesión. Ahora examina sus limitaciones y fracasos más importantes (en su propia práctica y en la de otros) a medida que la vida se acerca a su fin. Y descubre cómo podemos hacerlo mejor.
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Las dificultades de la profesión que señala el Dr. Gawande aconsejan que el médico tenga humildad, la que propugnaba el Dr. Gregorio Marañón y a la que ya se había referido el Dr. William Osler, que junto a la honestidad, humanidad y humor configuran sus «4H», necesarias para el buen ejercicio de la medicina, en el que la buena relación médico-paciente es esencial. A ellas nos referimos al hablar de las limitaciones de la medicina, que obligan a adoptar esos principios; humildad (frente a soberbia), sabiendo de nuestra mortalidad, que no somos infalibles, que cada paciente es único y que no hay verdades rotundas; honestidad, aceptando los principios éticos que conducen a obrar en conciencia y con justicia; humanidad, haciéndonos cargo de las personas que sufren, mostrándonos empáticos y compasivos; y humor, porque es terapéutico, para el paciente y para el propio médico. Así que bienvenidos los libros que enfocan la vida humana con su deterioro inevitable hacia una muerte segura, considerando la mejor manera de atender a los ancianos, favoreciendo que tengan una vejez saludable y una muerte digna en la medida de lo posible. En este blog ya hemos girado mucho alrededor de la vejez...
Coda del Cisne Negro, pas de deux en Act III – El lago de los cisnes, Tchaikovsky